16 de septiembre de 2024

La nueva ley de Airbnb en Nueva York: ¿una solución fallida para la crisis de vivienda?

Hace un año, Nueva York implementó una ley que restringía los alquileres de corto plazo en plataformas como Airbnb, con la esperanza de bajar los alquileres y aumentar la disponibilidad de viviendas.

Sin embargo, los resultados son decepcionantes. Aunque las ofertas de alquileres a corto plazo se desplomaron un 70%, los alquileres continúan altos y la oferta de viviendas para residentes sigue siendo escasa. Airbnb critica la ley, afirmando que no ha logrado los objetivos planteados y llama a revisarla.

Un fracaso para la vivienda
El objetivo principal de la ley, conocida como Local Law 18, era aliviar la crisis de vivienda en Nueva York al reducir la cantidad de propiedades destinadas a turistas en lugar de residentes a largo plazo. En un contexto donde más apartamentos aparecían en Airbnb que en el mercado de alquileres a largo plazo, las autoridades vieron la ley como una solución prometedora para liberar el inventario. Sin embargo, tras un año de implementación, la situación del mercado inmobiliario de la ciudad parece haberse mantenido sin grandes cambios.

Según las cifras, el número de alquileres a corto plazo cayó dramáticamente, especialmente fuera de Manhattan, donde algunas áreas experimentaron una caída del 90% en las listas de Airbnb. No obstante, el inventario no se trasladó al mercado residencial, ya que muchas de estas propiedades han permanecido como alquileres de mediana duración, ofreciendo estadías de 30 días o más.

Rentas sin alivio
Los defensores de la ley esperaban una disminución notable en los costos de alquiler para los residentes, pero los resultados muestran lo contrario. Si bien algunos datos sugieren una caída en los alquileres mensuales en ciertos sectores, la realidad es que los precios en general han seguido una tendencia al alza. El alquiler promedio en la ciudad ha subido a cerca de $3,900 por un apartamento de una habitación, una cifra casi inasequible para muchos neoyorquinos.

Esto ha generado críticas hacia la efectividad de la ley, ya que los precios no han bajado significativamente, y la oferta de viviendas sigue siendo insuficiente. Para muchos, el principal problema no es la presencia de Airbnb, sino la falta de nuevas construcciones asequibles que respondan a la creciente demanda de vivienda.

Impacto en el turismo y hotelería
Si bien la ley estaba dirigida a aliviar la presión en el mercado de vivienda, ha tenido efectos secundarios en la industria turística y hotelera. Las tarifas de los hoteles han experimentado un pequeño aumento, y muchos turistas han optado por reservar en Nueva Jersey, donde la demanda de alquileres a corto plazo ha crecido notablemente. Esto plantea preguntas sobre si las restricciones en Nueva York simplemente están desviando el problema a sus alrededores en lugar de resolverlo.

Las propuestas de Airbnb
Desde el inicio, Airbnb fue uno de los opositores más firmes de la ley. La compañía perdió una batalla judicial para detenerla y ahora está solicitando cambios a las regulaciones. Propone permitir que los residentes alquilen sus hogares completos cuando no estén en la ciudad por periodos cortos y eliminar la prohibición de cerrar con llave las puertas internas de los apartamentos durante los alquileres. Para Airbnb, estas modificaciones podrían facilitar el cumplimiento de la ley sin sacrificar los ingresos de los propietarios pequeños que dependen de las rentas a corto plazo para cubrir sus gastos.

Theo Yedinsky, vicepresidente de políticas públicas de Airbnb, señala que los resultados de la ley eran predecibles y que es necesario revisarla para lograr un equilibrio entre la necesidad de vivienda y el turismo. Según él, la ley actual bloquea no solo a los grandes propietarios que abusan del sistema, sino también a familias que buscan compensar sus propios costos de vida mediante el alquiler de una habitación o su vivienda mientras están de viaje.

Perspectivas a futuro
Con el fracaso aparente de esta legislación en alcanzar sus objetivos, otras ciudades alrededor del mundo que miraban a Nueva York como un modelo de regulación podrían reconsiderar sus enfoques. Algunas, como Barcelona, han adoptado políticas aún más estrictas, con la promesa de eliminar completamente los alquileres a corto plazo en el futuro. Sin embargo, el caso de Nueva York muestra que la prohibición por sí sola no resolverá la crisis de vivienda si no se acompaña de medidas más integrales, como la construcción de nuevas viviendas asequibles.

El debate sobre cómo regular las plataformas de alquiler sigue abierto, y es probable que veamos ajustes tanto en Nueva York como en otras ciudades en los próximos años.

Fuente: Wired

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