Mark Zuckerberg se aleja de la política: ¿cambio de estrategia o simple supervivencia?
Hace una década, Mark Zuckerberg era un ferviente defensor de causas liberales. Desde la inmigración hasta la justicia social, el CEO de Meta no dudaba en expresar sus opiniones políticas.
Sin embargo, después de años de controversias y ataques tanto de demócratas como de republicanos, Zuckerberg ha decidido retirarse del juego político.
En conversaciones privadas y actos públicos recientes, el fundador de Facebook ha manifestado su deseo de mantener un perfil bajo en temas políticos. Esto contrasta con su activa participación en organizaciones como Fwd.US y la Iniciativa Chan Zuckerberg, creadas para promover reformas sociales y políticas.
La desilusión con Washington
El cambio de actitud de Zuckerberg se debe en gran parte a la creciente hostilidad que ha enfrentado desde ambos lados del espectro político. Tanto su empresa como sus esfuerzos filantrópicos han sido blanco de críticas constantes. Su relación con los políticos de Washington se ha deteriorado hasta el punto de que prefiere evitar la política siempre que sea posible. Este distanciamiento se vio reflejado en la reciente conferencia de Allen & Company en Idaho, donde el CEO expresó su frustración con el ambiente político actual.
Además, Zuckerberg ha empezado a mostrarse más cauteloso con las causas que apoya a través de su fundación, para evitar cualquier percepción de parcialidad. Esto ha llevado a una reducción en los proyectos que pudieran interpretarse como inclinados hacia la izquierda, y a un enfriamiento del activismo dentro de la propia Meta.
Conversaciones con Trump: ¿intento de reconciliación?
En un movimiento inesperado, Zuckerberg ha entablado conversaciones privadas con Donald Trump, con quien ha tenido una relación tensa. Este verano, ambos mantuvieron al menos dos llamadas telefónicas, según fuentes cercanas, en un aparente esfuerzo por reparar la relación. Aunque las discusiones exactas no se han hecho públicas, algunos interpretan estas interacciones como un intento de Zuckerberg de posicionarse mejor de cara a la posible reelección de Trump.
Sin embargo, Zuckerberg ha evitado respaldar abiertamente a cualquier partido o candidato. En su lugar, ha optado por una estrategia de neutralidad pública, buscando evitar el escrutinio que enfrentó tras sus donaciones en las elecciones de 2020. Dichas contribuciones, realizadas con la intención de fortalecer la infraestructura electoral, fueron vistas por los republicanos como un intento de influir en los resultados a favor de los demócratas, lo que llevó a que se acuñara el término «Zuckerbucks».
El fin de la política en la Iniciativa Chan Zuckerberg
El cambio de enfoque en la Chan Zuckerberg Initiative (CZI) también es notable. Tras las protestas por el asesinato de George Floyd en 2020, la organización se vio sumida en conflictos internos, con empleados exigiendo un papel más activo en temas de justicia social. Estos eventos llevaron a que Zuckerberg reconsiderara el enfoque de la fundación, eliminando su división de Justicia y Oportunidad, y optando por apoyar a organizaciones bipartidistas en lugar de fomentar el activismo desde dentro.
Además, en 2022, después de la decisión de la Corte Suprema de revocar el fallo Roe vs. Wade, algunos empleados de CZI pidieron un enfoque más decidido en la protección del acceso al aborto. Dr. Priscilla Chan, quien dirige el día a día de la fundación, envió un memo negándose firmemente a cambiar la misión de la organización, centrada en la ciencia, la educación y el trabajo comunitario.
El futuro de Zuckerberg y Meta
Dentro de Meta, Zuckerberg ha reforzado las políticas internas para limitar las discusiones sobre temas polémicos en el entorno laboral, prohibiendo debates sobre aborto, justicia racial y conflictos internacionales. Esta política busca evitar que el ambiente de trabajo se vea afectado por la polarización política que domina la conversación pública.
Con el horizonte político cada vez más tenso y polarizado, Zuckerberg parece decidido a evitar cualquier controversia que pueda dañar aún más la imagen de Meta. No obstante, su distanciamiento de la política podría no ser suficiente para resolver los problemas de reputación de la empresa.
Mientras Silicon Valley se repliega ante el creciente escrutinio público, el giro de Zuckerberg refleja una tendencia más amplia entre los gigantes tecnológicos de evitar conflictos directos con el gobierno. La pregunta que queda en el aire es si este enfoque será suficiente para restaurar la confianza en su marca, o si las heridas del pasado continuarán afectando el legado de uno de los empresarios más influyentes de nuestra era.
Fuente: The New York Times